HUMANO DEVELOPMENT
resiliencia

La resiliencia es la capacidad de encajar situaciones adversas en nuestra vida cotidiana, e incluso el poder aprender y salir más fortalecidos de esas situaciones. Todos nosotros pasamos por momentos difíciles a lo largo de nuestra vida, y en ocasiones esos momentos son tan duros (la muerte de un familiar o amigo, una enfermedad grave o una experiencia vital muy dolorosa) que nos llevan al límite de nuestra resistencia y sufrimiento. Otras veces, esas experiencias no son tan intensas pero se producen de manera recurrente a lo largo del tiempo, lo que nos genera estrés y va minando poco a poco nuestras fuerzas.

Esta capacidad de la mente se ha verificado a través del testimonio de muchas personas que, aun viviendo esas situaciones tan difíciles, han conseguido sobrellevarlas y seguir proyectándose en el futuro, incluso a un nivel superior, como si esa experiencia hubiese despertado en ellas algunos recursos internos que tenían latentes y que les permiten seguir viviendo con confianza y esperanza.

Aunque las bases de la capacidad de resiliencia se generan en la infancia, cuando el bebé se vincula a sus cuidadores con un tipo de apego seguro, más tarde también es posible desarrollar esa capacidad, si uno recorre un camino de autoconocimiento y cultiva ciertas actitudes.

Por lo que se ha comprobado, las personas resilientes se caracterizan por tener algunos rasgos en común:

  • Una gran sensación de autocontrol en las distintas situaciones
  • Un mayor sentido del compromiso
  • Tomar las dificultades como un reto, en lugar de una amenaza

Además, este tipo de personas destaca por tener un gran sentido de coherencia, en donde prima:

  • El poder comprender las situaciones y a sí mismos en dichas situaciones
  • La capacidad de gestionar sólo aquellas cosas sobre las que tienen control
  • La habilidad para dar un significado a su experiencia, viviendo así la vida y las situaciones como una forma de aprendizaje

Son personas más flexibles y abiertas a los cambios en la vida, que toleran mejor la incertidumbre y que tienden a interpretar las situaciones desagradables, estresantes y dolorosas como una parte más de la existencia, sin resistirse tanto a ellas. Claro que pueden sufrir o experimentan dolor, pero no añaden un mayor sufrimiento a aquel que ya padecen.

Además, las personas resilientes son más capaces de responder antes las situaciones de una manera consciente, en lugar de reaccionar ante ellas. No cabe duda que el autoconocimiento y la práctica del mindfulness (o atención plena) nos hacen más resilientes y nos protegen del estrés.

En el libro “Conoce tu ansiedad y aprende a gestionarla” se abordan muchos aspectos que tienen que ver con el desarrollo de la resiliencia y sus diferentes componentes. Puedes consultar el libro aquí: Conoce tu ansiedad y aprende a gestionarla

Nos gustaría terminar este breve artículo con una de nuestras frases preferidas, la de una persona que fue un ejemplo de resiliencia, Viktor Frankl:  “Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio se encuentra nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta está nuestro crecimiento y nuestra libertad”.

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