Hoy hablaremos de la gestión del estrés, la gran asignatura pendiente de nuestra sociedad. Y es que los efectos del estrés sobre nuestra salud y bienestar se reflejan, año tras año, en el aumento de todo tipo de trastornos y enfermedades relacionadas con este trastorno, como indican las estadísticas y el incremento de los costes sanitarios por este tipo de problemas.
El estrés es una respuesta del organismo ante cualquier cambio, demanda externa o interna que se percibe como amenazante, lo que lleva a la movilización de recursos fisiológicos y psicológicos para poder hacer frente a esas situaciones. En cantidades pequeñas, el estrés es una respuesta adaptativa y hasta saludable, pues estimula y permite adaptarse a las diversas situaciones. Sin embargo, mayores cantidades de estrés pueden perjudicar seriamente la salud.
El estrés se manifiesta en una reacción de lucha o huida, y se asocia principalmente con algunas emociones (por ejemplo, el miedo y la ira). Según el modelo interactivo de Lazarus y Folkman, el estrés depende de la valoración que las personas hacemos de las situaciones estresantes y de los recursos que tenemos para hacerlas frente. Y esa valoración inicial (del daño/pérdida, amenaza o reto) y secundaria (de los recursos que disponemos) depende en gran parte de nuestras creencias, actitudes, de nuestra regulación emocional, patrones de conducta y estilos de afrontamiento, así como del nivel de apoyo social percibido
Las situaciones estresantes pueden ser de muchos tipos (tanto eventos de gran importancia como una multitud de sucesos menores) y los efectos que se manifiestan (en la experiencia de ansiedad, falta de energía, etc.) pueden provocar más estrés (a través del miedo a los síntomas). Además, las situaciones que provocan estrés no sólo son por exceso (tener mucho trabajo, sufrir sucesos traumáticos, tener numerosos contratiempos o conflictos personales) sino que también el estrés puede aparecer por situaciones de déficit (falta de sentido vital, aburrimiento, sentirse poco valorado, etc.).
Se sabe que cuando tenemos estrés pasamos por tres fases: las fases de activación, resistencia y agotamiento. Y los efectos fisiológicos también se producen por fases a través de los tres ejes de actuación de la respuesta de estrés en nuestro organismo:
- El eje neural se pone en marcha de manera inmediata, provocando una activación del sistema nervioso simpático y del sistema nervioso somático. La activación de estos dos provoca incrementos en la tasa cardiaca, sudoración, vasodilatación o vasoconstricción, tensión y dolor muscular, etc.
- El eje neuroendocrino se activa más lentamente y precisa que el estrés se mantenga durante más tiempo. Conlleva la activación de las glándulas suprarrenales, con la consiguiente secreción de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), con efectos en la presión arterial, la tasa cardíaca, disminución del riego sanguíneo, etc. La activación mantenida de este eje facilita la aparición de problemas cardiovasculares.
- El eje endocrino (sub-eje adrenal-hipofisario), provoca la liberación de gluco-corticoides (cortisol y corticosterona) así como mineralocorticoides (aldosterona y desoxicorticosterona). Este eje es más lento, y precisa de una situación de estrés perpetuada en el tiempo, provocando indefensión, pasividad, depresión, pérdida de control, inmunosupresión, síntomas gastrointestinales, etc.
Los trastornos a nivel físico y psicológico desembocan en una mala adaptación y en hábitos de vida poco saludables (como comer en exceso, el insomnio, la dependencia de sustancias, etc.). Pero, además, no olvidemos que el estrés afecta también en gran medida a nuestro rendimiento en el trabajo, por lo que no gestionarlo sería algo sin sentido en los contextos laborales.
¿Qué podemos hacer para la gestión del estrés?
Aunque los síntomas del estrés puedan disminuir con la toma de medicación, esto no soluciona el problema, por lo que es imprescindible solicitar una atención psicológica, que a su vez se puede combinar con la realización de un programa de reducción de estrés basado en mindfulness y la puesta en práctica, de manera regular, de unos hábitos más saludables.
En Humano Development somos especialistas en la gestión del estrés y la ansiedad. Nuestro enfoque se apoya en la psicoterapia, el coaching y el entrenamiento en mindfulness. Para poder reducir a corto plazo los síntomas del estrés y conseguir resultados positivos a largo plazo consideramos imprescindible actuar, al menos, en los siguientes ámbitos:
- Las creencias limitantes y la forma de valorar tanto las circunstancias como los recursos que uno tiene. Esto incluye también la posibilidad de plantearse ciertos cambios vitales.
- Los patrones de conducta, favoreciendo un patrón de tipo resiliente.
- Los estilos de afrontamiento, facilitando aquellos que son más adaptativos y que permiten reducir el estrés.
- La mejora en la comunicación interpersonal y asertividad.
- La auto-regulación emocional y del nivel de activación del organismo, lo que se puede conseguir con diversas técnicas (mindfulness, yoga, respiración, relajación, etc.).
- Las habilidades de organización, gestión del tiempo y de solución de problemas.
- El cultivo de hábitos más saludables (ejercicio físico, alimentación, etc.).
En el libro “Conoce tu ansiedad y aprende a gestionarla” se abordan con profundidad tanto los trastornos relacionados con el estrés como aquellos que tienen que ver con la ansiedad, desde una visión integradora. Puedes consultar el libro aquí: Conoce tu ansiedad y aprende a gestionarla
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